«Te sacrificas todo el año entrenando como un cabrón para que después pasen estas cosas. Este es el atletismo»Esa frase resume bastante bien la impotencia y la frustración que siento en estos momentos. Esa frase fue pronunciada por un grande del atletismo español, el señor Guillermo Ferrero, en los mundiales de Sevilla99, cuando en el maratón, Fabián Roncero (recordman europeo actual en medio maratón) abandonaba allá por el kilómetro 22 y diluía la esperanza de ser campeón del mundo. Esa frase es la que he recordado una y otra vez en el día de hoy, la frase que ha provocado que cada vez que he hablado (o escrito por lo que veo) de este tema como mínimo se me haya puesto brillosa la mirada.
La carrera era perfecta, simplemente perfecta. Era la mejor ocasión para intentar un marcón, llegaba muy bien de forma y de sensaciones, como he ido comentando esta ultima semana; el circuito era perfecto, sin una sola rampa a destacar, sin muchas curvas cerradas; la alergia estaba perfectamente controlada después de una semana lloviendo hasta justo minutos antes de la carrera, en los que la climatología respetó completamente durante todo el recorrido, sin lluvia y solo un suave viento; además, el alto nivel de la prueba invitaba a pensar que no iría solo y que podría llevar el ritmo con alguien más (además de con Leandro, que por culpa de la rodilla, tuvo un día para olvidar…), lo dicho, era el momento y la ocasión,…era todo perfecto y había que dar el máximo.
La salida sin un solo empujón y colocándonos en casi primera fila permitió coger el ritmo previsto desde el inicio, para mi, 3:30min/Km.… con el suelo resbalando por el agua caída, especialmente en algunos tramos, donde los charcos obligaban a abrir la trazada. Así fuimos pasando los kilómetros, hasta la altura del 3-4 donde Leandro empezó a descolgarse, comenzando entonces mi aventura uniéndome durante unos kilómetros a Maria Abel, pasando los kilómetros a buen ritmo y adelantando a corredores, incluida Maria, para no disminuir el ritmo. Al paso del kilómetro diez, el tiempo 35:34 hace pensar en un buen día, al ser este ritmo de 3:30 con solo 4 segundos perdidos,…además, como curiosidad, esta marca de paso kilométrico es mi mejor marca de 10000 ruta (la anterior es 35:55 en Aranjuez 07). En ese paso kilométrico las sensaciones son inmejorables, respiración correcta, piernas sueltas y ligeras, ningún dolor,…nada reseñable. Así continúan los kilómetros, hasta que adelanto a la keniata Kerubo, manteniéndome con ella hasta el paso del 15, en donde pasamos en 53:10, es decir, solo 10 segundos por encima del paso a 3:30, es decir, perfecto. Pero es entonces cuando se tuerce la cosa. La noche anterior me fui al cuarto “pronto” debido a que me molestaba algo el estomago, dando pruebas a la mañana siguiente la conversación (poco amigable) que tuve con el señor Roca, a la cual, tampoco le di mayor importancia…hasta entonces. En esos momentos, el estomago empezó a molestarme muchísimo, doliendo bastante y provocándome una especie de cólico, al cual, el rebote de la carrera no es que le calmara mucho…con esto, intento no bajar el ritmo, dado que de piernas y pulso voy muy bien, simplemente “aprieto el culo” (esta vez en el sentido literal de la palabra…jeje) y aguanto,…pero solo un kilómetro. Es entonces cuando el dolor me impide correr y he de parar un poco, rearrancando segundos después,…pero parando de nuevo al poco. Y a partir de entonces, el martirio.
Parece mentira que en solo cuatro kilómetros se pueda pensar en tantas y tantas cosas….desde ese mes de marzo-abril, luchando por recuperar el tono después de la operación, con agujetas diarias,…hasta los últimos entrenamientos en el CARD, pasando por la cantidad de veces que había visualizado en mi cabeza la llegada con un marcón, o la gente que me había apoyado, animado y aguantado muchos días buenos,…y no tan buenos. Simplemente era un querer y no poder,…un ver el crono y saber que se iba de madre,…saber que iba a ser un casi pero un NO,….y desde entonces la llorera. Al pasar el 21, a falta de 100m veo el crono, una hora, quince,….y pico,…a la mierda todo. Se acababa el pensar en marcaza o en mínimas absolutas o en mierdas varias… todo a la mierda por solo 54’’ en meta.
Por entonces, la llorera era ya curiosa, entro en meta y me apoyo en un valla olvidándome del resto de la gente,…pasando allí parado unos cuatro minutos (hasta que llega Leandro) llorando y tratando de explicar a la gente que me preguntaba que no lloraba ni de dolor,…ni de alegría (lo cual con la cara llena de mocos y gangosote debía ser bastante cómico).
Cuando llega Leandro, unas mínimas palabras y sigo con mi procesión,…
Al final, 1:15:54, en el puesto 47 de la general y el 43 de masculino (
AQUÍ EL ENLACE A LOS DATOS OFICIALES) (segundo problema añadido,…pues pillaban premio hasta el 40 masculino, el cual ha cogido 80€ de nada,…), es decir, ni premio ni mínima.
¿Se puede sacar algo bueno de todo esto? Si. Primero la experiencia, la cual, a partir de ahora indica que la noche de antes no se comen mierdas,… y menos en cantidad industrial. Segundo, la marca, dentro de lo que cabe no deja de ser marca personal, para el que le sirva de consuelo eso. Y tercero, la carrera es muy buena, es casi perfecta, el circuito, la organización, el precio, los regalos, los premios,…todo excepto (y aquí viene el pero) la ciudad, Albacete es triste, muy triste, no tiene nada que visitar, nada que hacer, no hay fiesta, no hay sector servicios (no hay restaurantes apenas, ni locales abiertos un sábado por la tarde,…),….en fin, cierto el dicho de “Albacete, caga y vete” (en los dos aspectos,…uno el turístico,…y luego el mío, que ha sido algo más literal), el año que viene habrá que repetirla,…buscando el marcón que hoy me ha dado esquinazo.
Por lo demás, poco que reseñar, el viaje estuvo bien, quitando el problema de lo feo que es Albacete y de la lluvia.
Ahora a recuperarse a base de dieta blanda,…y a por otra (¿intentar una “Yeseniada” en plan dos semanas y a por otra, tomándose esta como un entreno?),…que no aprendo,…total ya sabemos que: Este es el atletismo,…te sacrificas todo el año entrenando como un cabrón para que después pasen estas cosas.
La foto, de la cena del sabado,...puta gula,...que mala es. (Por cierto, mi cabeza es grande,...asi que imaginad como eran las hamburguesas,...la camarera se quedó pillada cuando le dijimos una para cada uno...)